-Feliz 53 cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte. Pertenezco a algún momento de su pasado. Usted arruinó mi vida. Quizá no sepa cómo por qué o cuándo, pero lo hizo. Llenó todos mis instantes de desastre y tristeza. Arruinó mi vida. Y ahora estoy decidido a arruinar la suya-
Y así arranca este thriller de suspenso escrito por John Katzenbach, una novela que sin lugar a dudas te atrapa en una maraña emociones que son bastante interesantes. Maneja aspectos de la psicología humana que son parte de la base de todo ser viviente, la necesidad de sobrevivir y el instinto de conservación. Agrega pizcas de lo que nos hace humanos, la empatía y la capacidad de pensar en otros antes que nosotros así como también la muy humana falta de esta misma capacidad.
En el libro te encuentras con acertijos y encrucijadas psicológicas dignas de la mente más retorcida, mismas que te absorben dentro de la historia con el pasar de las páginas. Dando tumbos y vueltas alrededor del miedo a la muerte y de los problemas existencialistas de la actualidad, John Katzenbach, narra con destreza lo que serían los últimos días de la vida de Frederick Starks, el psicoanalista.
La novela en lo personal fue muy de mi agrado, la narrativa es sencilla y poco compleja, sientes como las cosas van fluyendo fácilmente como viendo una película. Lo que más me gusto es el suspenso en el que te mantiene la novela, simple y sencillamente, no la puedes dejar de leer. Te tiene atrapado entre capítulo y capítulo deseando saber qué es lo que pasa después. Sin llegar a ser una joya de la literatura contemporánea, recomiendo ampliamente el libro como lectura ligera y entretenida. Un buen thriller que te mantendrá al borde de las páginas deseando poder entrar a la historia y hacer algo por la situación.